¿Sabías que la noche del San Juan coruñés no siempre se celebró en la playa? Echamos la vista atrás para conocer la historia de esta fiesta llena de magia.
Tradiciones que se mantienen con el paso de los años
La fiesta de San Juan ha ido adaptándose a los cambios sociales y urbanísticos, como nos cuenta el historiador Xosé Alfeirán. Pero siempre ha mantenido sus elementos esenciales, que se remontan muchos siglos atrás:
“A las 12 de la noche, la ‘lumeirada’ y el salto en número impar del fuego con frases propiciatorias para librarnos de todo mal”. Algo que ahora se hace de forma más inconsciente, reconoce Alfeirán: “saben que saltar la ‘lumeirada’ es un rito mágico, pero no se dan cuenta que hay que saltar un número impar de veces (3, 7, 9) y recitar la fórmula protectora: ‘salto a lumeirada de San Xoán, para que non me trabe nin cobra nin can’ (hay otras con pequeñas variantes)”.
Otra ceremonia que está resurgiendo en la actualidad es lavar la cara con las hierbas de San Juan, que “en un cazo de agua son expuestas a la luz de la noche y al orballo para ser empleadas al levantarse en el lavado da cara, con el objetivo de preservase de las enfermedades”.
Tradiciones que se perdieron
El historiador coruñés trae a nuestra memoria costumbres que han quedado en el olvido.
“Una de ellas era visitar la cabeza de san Juan Bautista que se conservaba inicialmente en la ermita de San Juan, que estaba en la calle de su nombre, y después en la ermita de San Roque, que estaba en un lado del Campo da Leña; ambas ermitas desaparecieron y con ellas esa tradición”.
Alfeirán nos habla de un San Juan de finales del siglo XIX y principios del XX, en el que se celebraban verbenas, hoy desaparecidas, que “organizaban los vecinos en las calles de los barrios, amenizadas por órganos de manivela y charangas”.
Y recuerda otra tradición que se perdió con el paso de los años: “La costumbre de ir hasta las alturas de Oza y allí esperar al amanecer para ver bailar el sol sobre el horizonte, comiendo las fresas que se cultivaban en la zona y que sus propietarios vendían a los que hasta allí se acercaban”.
Cuando las ‘lumeiradas’ bajaron a la playa
A día de hoy no entendemos la fiesta de San Juan si no es en las playas, pero no siempre fue así. La historia era diferente hasta finales de los 60, como relata Xosé Alfeirán:
“Tradicionalmente las ‘lumeiradas’ en la ciudad se hacían en las calles o en los cruces de las calles, cerca de las casas y por grupos de vecinos. Los chicos se encargaban de buscar y carretar la leña y también colaboraban los mayores, pues aprovechaban la ‘lumeirada’ para quemar los muebles viejos y así quitar el meigallo de casa. En las zonas suburbanas se hacían, y todavía se siguen haciendo, en los descampados”.
Pero el crecimiento urbanístico y la colmatización de los espacios, cuenta el historiador coruñés, empezaron a dificultar esta celebración en las calles: “debido al peligro que suponían las llamas para las casas y el cableado eléctrico, con intervenciones en muchas ocasiones de los bomberos en los barrios por la altura que alcanzaba el fuego”.
También lo recuerdan desde la Asociación de Meigas de las Hogueras de San Juan de La Coruña, como “en los años 60, todavía en el casco urbano de La Coruña, se quemaba un importante número de hogueras que, poco a poco, fueron desapareciendo, llegando a 1970 tan solo las que ardían en algunos barrios de la ciudad”.
La ubicación de las ‘lumeiradas’ cambió primero a la Plaza de Portugal, donde tenía lugar una única y gran hoguera-falla. Y más tarde la celebración se trasladó a las playas, como hoy la conocemos. Desde la Asociación explican que era un “espacio que reunía todas las condiciones exigidas para albergar a los miles de coruñeses que, hasta 1991, abarrotaban Calvo Sotelo y la plaza de Portugal”.
Meiga Mayor
Los años 70 trajeron otra novedad a la celebración de San Juan, la figura de la “Meiga Mayor”.
La Asociación de Meigas de las Hogueras de San Juan de La Coruña nos cuenta cómo surgió: “En el mes de junio de 1970 comenzamos nuestras actividades y en la noche de aquel San Juan quemamos nuestra primera Hoguera y proclamamos a la I Meiga Mayor que ya contó con el respaldo de gran cantidad de público”.
“Dado que, por aquellos años, A Coruña contaba con Reina de las Fiestas y con el fin de alejarnos de los estándares de la época, tomamos la decisión de buscar una figura que encarnase las esencias y tradiciones de la noche de San Juan, noche de Meigas por excelencia”.
En el recuerdo de la Asociación, destacan actividades como “la cabalgata de las Meigas, los pasacalles o la comitiva del Fuego de San Juan”, entre otras.
Cómo serán los próximos años
La pandemia ha obligado a adaptar la celebración de San Juan a las circunstancias actuales. Pero estamos seguros de que volveremos a saltar las hogueras.
Una idea que comparte el historiador coruñés Xosé Alfeirán: “Yo creo, visto lo sucedido en el pasado, que las ‘lumeiradas’ coruñesas de San Juan seguirán iluminando el rostro de millares de personas en los próximos años”.
Y añade: “Si una fiesta quiere mantenerse en el tiempo tiene que cambiar, ya que también lo hace la sociedad, debe adaptarse y renovarse, sin perder sus elementos esenciales”.
¡Feliz Noche de San Juan!