El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer y en esta ocasión buscamos reivindicar el papel y el esfuerzo de la mujer hablando con dos compañeras de R. A ellas y al resto de profesionales queremos extender nuestro reconocimiento por su labor y por su importante contribución a la sociedad. He aquí su experiencia y, por supuesto, nuestro pequeño homenaje.
María Vázquez se considera "ingeniero", a pesar de no ser políticamente correcto como ella dice, porque para ella el problema no es un simple "a". Por su parte, Susana Rey, al igual que María, se considera ingeniero también. Ambas han estudiado Ingenieria Técnica Superior en Telecomunicaciones, especialidad en Comunicaciones. Y mientras María empezó a trabajar en R en julio de 2000, Susana lo hizo unos meses antes.
Las dos han pasado por distintos departamentos, lo que demuestra su experiencia y capacidad. En el caso de María Vázquez se inició como Técnico del departamento de Ingeniería y Diseño de Red en diferentes áreas tecnológicas y actualmente trabaja como Técnico Audiovisual en el departamento de Tecnología. Susana Rey dio sus primeros pasos en R en el departamento de planificación e inversiones en red y actualmente es la responsable de ciberseguridad de la compañía.
Diferentes roles
Una de las cosas que más nos llama la atención en su experiencia es precisamente las ideas preconcebidas, la asignación de determinados roles profesionales que tenemos muchas veces en el caso de la mujer. Así, María nos comenta que “cuando alguien te pregunta dónde trabajas y respondes que en R, falta la primera vez que alguien, sea hombre o mujer, me haya preguntado ¿en ingeniería u operación? ¿Instalando en casa de cliente?”.
Entran en juego los estereotipos, porque si una "niña sigue oyendo estos comentarios o recibe una muñeca para jugar y no un Lego, pues todo perdido. Es una labor de todos los ámbitos de la sociedad", resume María.
Por su parte, Susana también cree que se trata de "un problema cultural, ya no sólo de machismo (yo he oído varias veces en mi vida que como iba a estudiar una ingeniería siendo chica, curiosamente siempre de otras mujeres) sino de visibilidad". De ese modo, "cuando eres niño y adolescente buscas referencias, y de esas referencias sale entre otras cosas tu posible futuro profesional. Si siendo niña no conoces, nunca has visto ni oído hablar de mujeres ingeniero, mujeres informáticos o mujeres hackers… es muy complicado que se te ocurra a ti dedicarte a eso".
Figuras ocultas
Curiosamente, gracias al cine hemos podido conocer estos días la historia de tres brillantes mujeres científicas afroamericanas que trabajaron en la NASA a comienzos de los años sesenta. Una historia nunca contada y que demuestra la poca visibilidad de la mujer en ciertos ámbitos, aunque "la hay, por supuesto que sí", sentencia María.
Tanto es así que "ahora conocemos que las hubo en la llegada del hombre a la Luna o en el proyecto Enigma. Hace unas semanas leí un artículo sobre las "tejedoras de programas" que me sorprendió enormemente. Al margen de que estas mujeres eran programadoras, no tejedoras… ¿cómo puede ser que me haya enterado a estas alturas de su labor? ¿Cuántos casos más hay como este y los desconocemos totalmente? ¿Cómo lo va a conocer la sociedad si no lo conocemos siquiera los que nos movemos en la materia? Pues eso: mi admiración por todas las Figuras ocultas de la historia y del presente de la tecnología".
Susana nos pone sobre la pista de “Hedy Lamarr, ingeniera, espía y actriz de Hollywood de la época dorada. Con varias patentes sobre comunicaciones inalámbricas, sin algunas de las cuales hoy en día no tendríamos TDT o wifi". Le gusta "porque une dos perfiles que la gente cree antagónicos de la mujer: guapa, femenina, con glamour y al mismo tiempo fuerte, trasgresora e inteligente". Explica que su ejemplo "debería estudiarse en las escuelas, porque esto igual sí es un referente para las niñas y no otros que vemos en la televisión".
Papel minoritario
De hecho, Susana aprecia "una gran regresión social en la imagen pública de la mujer; y con esa imagen pública distorsionada las niñas de hoy se construyen su auto concepto y así acaban queriendo ser cantantes, bailarinas, actrices… no ingenieros". De nuevo, entramos en la necesidad de dar más visibilidad a las mujeres profesionales y, sobre todo, a las de tipo técnico "para que tengan referentes y al menos se planteen si quieren ser ingenieros. Ahí creo que deberíamos pedirle a Disney una princesa ingeniero, que arregle ella solita las cosas sin esperar a nadie azul. Eso igual mejoraba la situación sustancialmente".
"El papel de la mujer en este sector es aún minoritario, más de lo que lo es en otros sectores”, en palabras de María. “Y no lo es sólo en España. Basta ir a congresos internacionales o trabajar en proyectos con multinacionales para percibir la expresión de “sorpresa” al encontrarse con una mujer en una reunión o en el equipo de integración”. Y, de nuevo, se pone de manifiesto que “la mujer que lucha por ascender va a sufrir mucho más que el hombre que opta por esa opción”.
Susana, a la que no le gusta verse “como una mujer profesional, yo soy un profesional TIC que además soy mujer, gallega, disléxica, sumamente exigente en el trabajo… entre otras muchas cosas”, indica que “empiezas a encontrar ahora compañeras que están llegando a puestos importantes, con gran esfuerzo y lucha. Pero todavía son pocas y con poca visibilidad social. Me gustaría pensar que esto va a ir mejorando”. Al tiempo, señala que es fundamental en cualquier organización contar “con personas con diferentes capacidades, formación, forma de pensar, experiencias vitales, etc. Si eliminas al 50% de la población de este ecosistema, creo que es obvio que lo estás empobreciendo".
Trato diferenciado
"Mi experiencia es que he tenido que luchar mucho más que mis compañeros porque se tuviesen en cuenta mis criterios como técnico o tener que aguantar caras de sorpresa si digo que para mí no hay nada más estimulante que un montón de "logs" y un problema que cazar". Pero, según la experiencia de Susana, "nadie se sorprende si eso mismo lo dice un chico: es friki, pero vale. Pero si eres chica…”. Y, aunque sorprenda, explica que “eso me ha pasado sobre todo en empresas multinacionales o con extranjeros".
De hecho, "en España, mi opinión, estamos mejor que en otros países que se jactan de mayor igualdad hombres-mujeres. Aunque sí hay que seguir luchando por mejorar". María pone el foco no tanto en las empresas como en las personas, a pesar de que se ha "sentido tratada como uno más tanto en la vida académica como en la profesional. En mi caso particular, y conste que no es lo habitual en la sociedad, percibo que mi valoración como profesional por parte de la empresa es igual que la que reciben mis compañeros". De todas formas, sí considera que las empresas tienen "el deber de detectar y corregir esas situaciones" ante los "comentarios, actitudes… de personas individuales que sí denotan un trato diferente".
Conciliación
Una de las preguntas obligadas a María y a Susana tenía que ser sobre la conciliación. Para esta última "es un error asumir nosotras mismas que la conciliación es cosa de mujeres. Me niego. La conciliación es un problema de todos los profesionales y a la que hay que buscar soluciones globales”. Considera que hay que "luchar por los derechos de los hombres: derecho a una baja de paternidad de verdad, derecho a reducir su jornada para criar a sus hijos, derecho a salir a su hora para ir a llevar a los niños a actividades, etc. Algunos en el papel están, pero en muchos casos se asume que es cosa de mujeres y, por lo tanto, ellos no los reclaman, porque estaría mal visto que lo hiciesen. Cuando la vida familiar sea realmente paritaria y con los mismos derechos, ya no habrá diferencia para las empresas por sexo, y se acabó la discriminación".
Aunque se considera "una privilegiada" al poder "simultanear mi carrera profesional y criar a mis hijos yo misma gracias a trabajar en R, tiene claro que "no muchas mujeres pueden decir que han ascendido con cada embarazo, que nunca ha sido un problema mi reducción de jornada a la hora de asignarme nuevas responsabilidades, etc. Pero en general, si quieres desarrollar tu carrera profesional en las TIC en España, tienes que renunciar a mucho en tu vida familiar, seas mujer o hombre".
En opinión de María, con respecto a la conciliación "sobra la coletilla "familiar" porque eso nos lleva de cabeza a la reducción de jornada por cuidado de hijos (mayoritariamente solicitada por la mujer). ¿Y quién no tiene hijos, qué? ¿Trabaja las 24 horas del día? El trabajo es una tarea más de nuestra vida, así que la conciliación es con la vida y luego, por extensión: de la mujer y del hombre, ambos".
María también hace hincapié en la necesidad de buscar horarios más responsables en España, "en aprender que el hecho de volver a casa más temprano no implica trabajar menos horas o peor".
Futuro
En esta visión con luces y sombras, ambas nos indican que si hace 20 años en había una relación 50-50 entre los estudiantes, "hoy en día la media en las titulaciones técnicas es de un 25% de mujeres y bajando. Estamos yendo a peor. Cosa que han detectado los responsables de las instituciones académicas con gran preocupación. Por ejemplo, el María Pita Defcon de la Universidad de A Coruña se ha puesto como objetivo, entre otros, potenciar la presencia de la mujer en ciberseguridad, porque somos escandalosamente minoría". Precisamente Susana será una de las ponentes en una de las mesas redondas de este congreso.
María sí percibe "una evolución positiva". Se trata de "una evolución lenta, aunque espero que imparable. El problema es que ese incremento se está produciendo por abajo (por el nivel técnico) y aún no se percibe en puestos de responsabilidad. Existe un techo de cristal muy evidente en este sentido y no sabría decir si es porque no podemos o no queremos llegar a esos puestos".
Imagen de Figuras Ocultas de ideas.lego.com
ACTUALIZACIÓN
Justo después de hacerle la entrevista a María y a Susana, descubrimos este vídeo realizado por Microsoft que pone en valor el papel de la mujer en la tecnología y en la ciencia, por lo que queremos compartirlo contigo: