Javier Gastañaduy (As Pontes, 1977) lleva más de 10 años dedicándose a la fabricación artesanal de guitarras eléctricas. Aunque su pasión por este oficio nació cuando este pontés, con apellido vasco-francés, tenía 13 años.

Cuando Javi y su mejor amigo estaban en plena adolescencia eran unos fanáticos del guitarrista de Queen, Brian Mai. En su día Mai se fabricó su propia guitarra, así que Javi y su colega tomaron ejemplo de su ídolo y se dedicaron a desmontar las guitarras eléctricas que caían en sus manos para conocer su estructura y cómo funcionaban.

Trayectoria musical

Pero antes de ser lutier, Javi tuvo una trayectoria musical que no podemos pasar por alto. Empezó tocando en orquestas, grupos de rock y heavy para finalizar su trayectoria tocando con la gaiteira Susana Seivane.

Hoy en día toca para él mismo y sus colegas, pero a nivel profesional se dedica al trabajo artesano de fabricar guitarras eléctricas y creó su propia marca, Gastañaduy.

“Tocar por ahí, y desmontar todas las guitarras que tuve en mi vida, me dieron mucha experiencia para el trabajo artesanal que desarrollo actualmente”, afirma el lutier y músico. Por sus manos pasaron muchas guitarras de diferentes fabricantes, a las que inspeccionó “sus tripas” y por este motivo las guitarras pocos secretos tienen que ofrecerle.

¿Cómo se fabrica una guitarra eléctrica?

El proceso de fabricación de una guitarra eléctrica por parte de Gastañaduy es un “trabajo de forma artesanal, si tuviese más medios para automatizar lo haría”, afirma Javi.

Lo primero es seleccionar exhaustivamente los tableros de madera a partir de los cuales se creará el instrumento. La madera empleada suele ser de nogal o de cedro, y en algunas ocasiones emplea ébano o palo rosa. Una vez seleccionado el tablero, Javi utiliza unas plantillas, creadas por él mismo, de las bases de otras guitarras para poder recortar el trozo de madera al milímetro.

Javier Gastañaduy

Y, a continuación, con dos piezas de nogal con la beta vertical quartersawn fabrica el mástil de la guitarra. Este elemento lo refuerza en su zona central con madera de arce para darle más estabilidad, para que no se tense y que no se deforme con el paso del tiempo y el uso.

Una vez fabricadas las dos de las principales piezas de una guitarra se incluye el alma, se trata de una varilla que se encuentra en la parte posterior del diapasón y que tiene como funcionalidad contrarrestar la tensión de las cuerdas de la guitarra. Cuando ya está lista la base del diapasón e instalada el alma se hacen las ranuras de los trastes, se incorporan los mismos, los agujeros de las clavijas y por último se incrustan los inlays, o marcadores de posición del diapasón de la guitarra. Estos últimos elementos se pueden fabricar en diferentes materiales, a gusto de consumidor. Javi los diseña en nácar la mayoría de las veces y en cuanto a la forma varían en función de lo que pida el cliente. “Las guitarras que suelo hacer son bastantes sobrias, a no ser que el cliente me pida un diseño determinado”, nos cuenta el artesano.

La parte más importante del proceso de creación de una guitarra es el ensamble del mástil con el cuerpo. La colocación debe ser exacta, incluso algo justa. Si no es así, hay que repetir todo el proceso de creación de las dos piezas.

Javier Gastañaduy

Cuando la guitarra es ya una sola pieza es el momento de incluir las “calidades” del instrumento, es decir, los componentes electrónicos, las pastillas, los fonocaptores y las bobinas electrónicas, entre otros. La mayoría de estos elementos se encuentran en la parte trasera del cuerpo de la guitarra.

Las cuerdas que se insertan en las guitarras son normalmente de acero recubiertas de níquel y los grosores pueden variar. Es el guitarrista el que se encarga de decidir este aspecto. Las cuerdas van apoyadas en el puente o trémolo, que permite modificar el sonido apretando o soltando las cuerdas.

En cuanto a la parte ornamental, varía en función de cada guitarra y del cliente. Algunas llevan rebode o binding en el cuerpo y otras cuentan zonas más rebajadas.

La última parte de este proceso es el barnizado, Javi utiliza barnices nitrocelulósicos o lacas acrílicas, aunque éstas últimas las utiliza menos. “Lo más importante de esta fase es respetar los tiempos de secado”, recalca Gastañaduy.

Javier Gastañaduy

Y cuando la guitarra está seca es el momento de probarla. Se hacen varios tests para ver cómo suena, que todos los elementos funcionan correctamente y que no hay ningún tipo de ruido extraño. Y si hay alguna pequeña cosa que falla, Javier se pone manos a la obra para corregirla.

Estas son las fases de creación artesana de una guitarra eléctrica, de forma resumida, y suele durar alrededor de dos meses.

Javier Gastañaduy

Marca Gastañaduy

Son muchos los músicos que confían a Javier Gastañaduy la creación de su guitarra porque este lutier trabaja con materiales de alta calidad. Tal y como él define sus creaciones, “son guitarras de boutique”.

Entre sus clientes destacan Pablo García de Warcry, Fran Yosi de The Trunks y Miguel Torres director de la Rock School de A Coruña, entre otros.

El precio de una guitarra Gastañaduy oscila entre los 1.800 y 2.000 euros. Los detalles de cada instrumento marcan la diferencia a la hora de establecer su precio. Si un cliente solicita un diseño más ornamental, el precio de la guitarra será más elevado porque la mano de obra será mayor.

Además de recibir encargos personalizados, Javi también va fabricando diferentes modelos que él considera que se podrán vender entre los fanáticos de este mundo. “Por mucho que me lo pida un cliente es muy difícil que una guitarra me salga igual a otra. Pero la artesanía hoy en día no se paga, la paga y valora uno entre cien”, señala.

Javi tiene su taller en Bergondo, en el que trabaja por las mañanas, y su tienda en A Coruña en la Avenida de Oza, 64, en la que lo puedes encontrar por las tardes y encargarle la guitarra de tus sueños.

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¡Hasta la próxima!