La tecnología avanza a pasos acelerados y, con ella, las empresas disponéis de nuevas soluciones, servicios o dispositivos capaces de realizar tareas impensables hasta hace poco tiempo. Tal es el caso de los drones que, poco a poco, han encontrado y consolidado su papel en la industria.
Qué son los drones, tipos y casos de uso
Un dron es un vehículo aéreo no tripulado que puede ser controlado de manera remota o mediante software y GPS. Suelen incorporar cámaras; para capturar imágenes, la más común, o con funcionalidades más avanzadas, como es el caso de las cámaras termográficas.
En cuanto a su tipología, la diferencia básica está en las alas: de ala fija, los más autónomos y aerodinámicos; multirrotores, que son los más habituales, sencillos y versátiles; y los helicópteros, más complejos pero con mayor independencia y capacidad de carga.
Aunque inicialmente se les asociaba con usos recreativos, actualmente los drones se han posicionado como herramientas útiles para fines industriales y ya forman parte de la llamada Industria 4.0. Porque son herramientas avanzadas de recopilación de información capaces de ofrecer valor añadido a todo tipo de industrias. Así, se utilizan drones para automatizar, mejorar y optimizar procesos y actividades de las empresas, además de resultar especialmente apropiados para tareas de supervisión, revisión, investigación, exploración, control de riesgos laborales o transporte.
Uno de sus grandes valores es que, por ejemplo, pueden acceder más fácilmente a lugares e infraestructuras como torres de alta tensión, instalaciones de paneles solares, aerogeneradores o presas.
Además, cada vez se utilizan más para el transporte de mercancías, ya que los drones no están diseñados solo para llevar una cámara de vídeo. De hecho, Google, Facebook y Amazon ya han empezado a desarrollar sus propios drones. También son muy útiles para la localización de espacios o personas, rescates y búsquedas avanzadas, la exploración de lugares de difícil acceso, la topografía y el mapeo en 3D, o la monitorización de cultivos.
La grabación de imágenes o vídeos y su uso como "corresponsales" por parte de los medios de comunicación, productoras audiovisuales o de cine es otra de sus utilidades más populares.
Especialmente interesante es su aportación al control de los riesgos laborales, por su capacidad para acceder a lugares imposibles para las personas, incluso a gran altura o bajo el agua, y por los datos tan detallados que pueden facilitar.
Ventajas que aporta a la industria el uso de drones
En general, los drones son un recurso transversal del que pueden beneficiarse múltiples sectores.
Estos son algunos beneficios de su uso:
- Mayor seguridad, ya que el dron puede ayudar en tareas o situaciones especialmente peligrosas, como incendios o catástrofes naturales, y reducir riesgos para las personas.
- Menores costes. Evidentemente, el coste de vuelo y la necesidad de recursos de un dron es mucho más reducido que el de un aparato tripulado.
- Recopilación de datos con gran nivel de detalle.
- Autonomía y polivalencia.
- Automatización de funciones.
- Reducción de tiempos de ejecución, inspección o revisión de tareas. Y, en consecuencia, facilidad para realizarlas con mayor frecuencia.
- Minimización del impacto ambiental ocasionado por los vuelos.
- Más facilidad de transporte y almacenamiento.
Normativa y legislación sobre drones
La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) es la encargada de regular la utilización de los drones.
Actualmente, desde 2022, ya no se hace distinción entre vuelo profesional y vuelo recreativo y existen normas comunes para todos los drones, aunque sí varía en función de su categoría, tipos de riesgo en vuelo o peso.
Con carácter general, debes tener en cuenta:
- El dron siempre debe estar al alcance visual del piloto. Además, los "pilotos" siempre deben estar registrados en AENA y son responsables de sus drones, así que, aunque no sea obligatorio, es adecuado contar con un seguro de responsabilidad civil por si ocurre algún accidente.
- Salvo categorías especiales, no se pueden sobrepasar los 120 m de altura en vuelo y es oblgatorio hacerlo a una distancia mínima de 8 km de cualquier aeropuerto, aeródromo o espacio aéreo controlado.
- La normativa es especialmente estricta también en cuanto al derecho a la intimidad de las personas y al cumplimiento de Ley de Protección de Datos en las imágenes tomadas por el dron.
- Por otro lado, si el dron pesa más de 250 gramos, es obligatorio obtener una licencia y un certificado que acredite un mínimo de conocimientos.
En la actualidad, la legislación es diferente para cada país, pero la UE está trabajando en un nuevo reglamento europeo común en materia de licencias, normas y categorías operacionales que facilite la gestión y el cumplimiento de la normativa, coincidiendo con la creciente utilización de drones para fines industriales de todo tipo.
En el contexto actual, los drones marcan el camino hacia una industria más inteligente y eficiente, aunque para ello deben establecerse pautas y normas de uso de obligado cumplimiento que garanticen la seguridad de procesos y personas. Un reto más en la nueva etapa digital y tecnológica en la que nos encontramos y que, sin duda, cuenta con un gran potencial para las empresas.
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