Galicia es tierra de inventores/as. Así lo demuestran el abrelatas multiuso, el futbolín o la calculadora que usamos cada día. Y las 200 nuevas patentes registradas cada año y las más de 2.000 que llevamos en lo que va de siglo XXI. Te presentamos algunos de los más sobresalientes inventos e inventores/as gallegos/as.
El abrelatas multiuso
El abrelatas multiuso, también conocido como "el explorador español", salió de la mente creadora de José Valle Armesto, lucense de Negueira de Muñiz.
Emigrante en Gijón, montó un taller en el que fabricaba su gran creación, considerada todo un hito del diseño industrial y que sigue en uso a día de hoy.
Sencillo, pequeño, ligero y transportable, tenía cuatro usos distintos: conseguía abrir botellas, ejercía de destornillador y, por supuesto, abría latas gracias a su cuchilla puntiaguda, incluidas las de conservas.
Su invento le resultó muy rentable, no escatimó esfuerzos en publicidad y se granjeó una buena reputación y cuantiosos clientes. En 1918, producía diariamente ciento cincuenta mil llaves de alambre para abrir latas de conservas.
El futbolín
A Alexandre Campos Ramírez, conocido como Alejandro Finisterre o Alexandre de Fisterra, le debemos uno de esos inventos con el que varias generaciones han disfrutado, y siguen disfrutando, de muchas horas de ocio y entretenimiento.
Pocas veces una convalecencia ha resultado tan útil. Herido en la Guerra Civil Española, aprovechó su estancia en el hospital para idear un "fútbol de mesa". Patentó su invento en Barcelona en 1937 y construyó un primer futbolín con la ayuda de un carpintero vasco pero, en plena guerra, no consiguió que ninguna empresa lo fabricase.
Cuál sería su sorpresa años después cuando descubrió que su invento se había extendido por Europa, aunque a él ni se le mencionaba, ya que lo había patentado un antiguo compañero de hospital.
Con el tiempo, nadie duda de su creación, aunque mucho menos conocido es otro de sus grandes inventos: el popular juego "Hundir la Flota".
Por cierto, muchos han conocido a Alexandre través de la canción que le dedican Os Diplomáticos de Monte Alto y que fue emitida en el popular Xabarín Club de la TVG:
La calculadora
Ramón Silvestre Verea de Aguiar y García, natural de A Estrada, ingeniero, periodista, escritor e inventor de la calculadora mecánica. En 1878 recibe la medalla de oro en la "Exposición Mundial de Inventos" y consigue la patente en EE.UU. de su "máquina de calcular".
De hierro y acero, pesaba unos 26 kilos, tenía 14 pulgadas de largo, 12 de ancho y 8 de alto y era capaz de sumar, restar, multiplicar y dividir directamente con números de hasta nueve cifras, sin encadenar sumas (como se hacía hasta entonces) y en solo veinte segundos.
Ese primer modelo se conserva en los depósitos de la sede central neoyorquina de IBM y forma parte de la colección iniciada en 1930 por el fundador de la empresa.
El primer ebook
¿Sabías que el primer ebook lo ideó una maestra de Ferrol? Ángela Ruiz Robles, doña Angelita para sus alumnos/as, fue la artífice en 1949 de una pizarras digitales que en ese momento sonaban a ciencia ficción.
Tenían dos partes. La primera estaba dedicada a conocimientos básicos de escritura, cálculo y lectura. El funcionamiento era sencillo y práctico: haciendo presión, se formaban sílabas y palabras. La segunda, a base de bobinas, contenía información más amplia de cada materia.
Las pizarras se basaban en piezas intercambiables integradas en un sistema mecánico de aire a presión y tenían una capa exterior transparente y resistente que, además, incluía cristal de aumento e incluso sonidos.
Aunque nunca llegó a comercializarse, la Enciclopedia Mecánica de "doña Angelita" aligeró las mochilas y las espaldas de los niños de la época y tiene el honor de ser considerada el primer ebook de la historia.
La boya sumergible lanzatorpedos
Al sadense Antonio Sanjurjo Badía se le ocurrió que una buena forma de defenderse ante un posible ataque norteamericano tras la crisis desatada por la guerra de Cuba era crear una boya submarina lanzatorpedos. Por algo a Antonio se le conocía como "El Habilidades".
El 11 de agosto de 1898 fue la primera inmersión de esta "boya portaminas" en la poza de Guixar. Era un sumergible a pedales que podía descender hasta una profundidad máxima de dos metros. Su velocidad dependía tanto de los materiales del invento como de la forma física de aquellos que debían pedalear para que se moviese.
En resumen, todo un hito de la construcción naval que hoy puedes visitar en el Museo Naval de Vigo.
Los motores de gasoil
Eduardo Barreiros, nacido en Nogueira de Ramuín, provincia de Ourense, comenzó desde muy joven a trabajar con motores. Y ahí surgió su gran idea: modificar los motores de gasolina para que usasen gasoil, más económico, más disponible y que, de paso, redujesen su consumo de combustible.
El éxito es inmediato y en poco tiempo crea lo que se convertirá en un gran imperio empresarial: la fábrica Barreiros Diésel. Su creación de motores y sus innovaciones en la fabricación de motores industriales le convierten en uno de los mayores nombres del sector del automóvil, llegando a fabricar el 40% de los vehículos pesados de España. De su alianza con Chrysler sale, por ejemplo, la fabricación de modelos míticos como el Simca 1000 o el Dodge Dart.
En la actualidad, el ingenio gallego sigue en forma. Puede que te suenen algunas creaciones recientes como el sujetatornillos que se adapta a todo tipo de destornilladores, el tobogán inoxidable, la máquina que pela castañas, el sistema antirrobo de cable o el invento para evitar atropellos.
En la mayoría de los casos, personas anónimas que lanzan su gran idea al mundo confiando en dar el pelotazo. Con el tiempo veremos quién lo consigue. ¿Cuál será el próximo gran invento gallego?