Seguro has escuchado el término resiliencia en alguna ocasión. Es una de esas palabras que sirven para definir la capacidad de superación en casi cualquier campo de estudio. Pero como lo nuestro no es el urbanismo, a continuación te explicamos qué significa eso de la resiliencia en las empresas.

¿Qué es la resiliencia en las empresas?

Es la capacidad que tiene un negocio para hacer frente a los problemas, sobreponerse de las decepciones y seguir adelante intentando que el negocio siga en marcha con las menores dificultades posibles. Las empresas resilientes son una especie de supervivientes.

3 características de las empresas resilientes

Aunque podrían llenarse páginas con aquello que define una empresa resiliente, destacamos estos tres.

Aprenden constantemente

Las empresas resilientes tienen la capacidad de aprender de todas las situaciones que se les presentan. Todo vale para mejorar y corregir su modelo de negocio.

Si detectas que hay algo en tu negocio que no funciona, reúnete con tu plantilla para hablar del problema en base a su experiencia. Estudia con cada uno que se puede hacer para mejorar su desempeño y el de su equipo.

Se adaptan a cualquier situación

Las empresas resilientes se adaptan, en un corto periodo de tiempo, a cualquier proyecto independientemente de su estructura. Buscan sinergias para crecer y se transforman constantemente para no estancarse.

Pregunta a tus empleados cuál es la visión del negocio. Habla con ellos para conocer también hacia dónde creen que puede moverse en el futuro en función de lo que saben hacer.

Reconstruyen su entorno

La pieza clave para sobrevivir a las adversidades, a veces consiste en poner en valor a tu equipo. Las empresas resilientes tienen la capacidad de reconstruir su entorno con el talento del que disponen a su alrededor. Si alguno de tus empleados está cansado o quemado, busca un nuevo espacio para que pueda desarrollar su talento.

Hoy en día, vivimos un momento en el que cada vez es más difícil ser competitivo. Para sobrevivir, las empresas deben tener la capacidad de reinventarse y sobreponerse a las adversidades lo antes posible. De ahí la importancia de ser resilientes. En vez de aguantar el chaparrón, las empresas deben ser creativas para intentar salir fortalecidas de cualquier situación.