Entrevistamos al catedrático economista Santiago Niño-Becerra, que acaba de participar en las Xornadas Tecnolóxicas R 'Tu futuro lo decides hoy, apúntate al efecto digital'. Con él hemos hablado sobre el panorama económico y social que nos encontramos tras la pandemia y sobre el nuevo modelo económico que se avecina, con la tecnología como factor decisivo.
Para empezar, un breve análisis del mundo postpandemia.
SNB: Complicado, porque desde el 2018 ya se venía viviendo una situación de desaceleración y agotamiento de los efectos de las inyecciones de los bancos centrales, y el virus ha producido la disminución de la producción y la rotura de las cadenas logísticas. A eso se suma el aumento del precio de la energía. El mundo postpandemia es un mundo feo.
Comenta que se avecina un nuevo modelo económico, ¿cuáles son los mayores cambios que experimentaremos? ¿En qué mejoraremos y en qué probablemente no?
SNB: El creciente protagonismo de la tecnología que, pienso, se mantendrá en los próximos siglos. El declive del Estado y el creciente poder de las corporaciones que tenderán hacia la constitución de oligopolios. El papel del municipio irá en aumento como vertebrador del territorio tras producirse agrupamientos de entes territoriales. El capital ya se está concentrando y tal concentración irá a más; por ello, se concentrará la renta y la riqueza y la desigualdad aumentará, cosa que ya está sucediendo.
¿Qué papel juega la tecnología en este futuro inmediato?
SNB: Definitivo: mejora la productividad, permite alcanzar soluciones sostenibles, facilita operativas, pero destruye puestos de trabajo cuyas y cuyos ocupantes, por edad y/o capacidad, son “irreciclables”. Aunque la incógnita es si serán necesarias/os para producir.
En su libro 'Futuro, ¿qué futuro?' habla de una fabricación flexible apoyada en tecnologías como el Big Data y la Inteligencia Artificial, ¿en qué consiste?
SNB: En generar la cantidad de producto que en cada momento sea necesaria y generarla en el lugar más conveniente y de la forma más eficiente y, como consecuencia de ello, si así se quiere, a un precio asequible. Pero como la segmentación puede llegar hasta el último rincón, el grado de libertad de la población será prácticamente nulo porque se llegará a saber qué bienes y servicios puede consumir cada persona en función de su renta.
También resalta la productividad como un concepto clave, ¿dónde radican sus claves a día de hoy?
SNB: Hoy estamos transitando hacia la situación, que planteo más arriba, desde un lugar en el que aumentos de productividad se leían como aumentos de producción.
La guerra en Ucrania, el auge de China, el Brexit... ¿qué consecuencias tienen en nuestra economía presente y a corto plazo?
SNB: La situación que se está viviendo en Ucrania, tragedias humanas al margen, es una situación de posicionamiento geoestratégico. En muchos aspectos podría asimilarse, por ejemplo, a la Guerra de Angola o a la Crisis de los Misiles de Cuba aunque en esta no se dio el último paso. Lo de China es otra historia porque su modo de hacer, su control de la población y su metodología dictatorial, aunque con otros colores y formas, pienso que será el operativo de referencia en las próximas décadas en todas partes. Al Brexit le daría la importancia que tiene: EE.UU buscaba un portaviones permanente en la UE, e Inglaterra lo será con el Brexit; y digo Inglaterra porque pienso que Escocia se independizará e Irlanda del Norte se unirá a la República de Irlanda. Cuando todo esto esté claro, las relaciones entre Inglaterra y la UE se estabilizarán.
En cuanto a los consumidores, habla de una generación 'alfa' que ya no tendrá datos para realizar comparativas, ¿cómo pueden coexistir generaciones con muy diversos grados de alfabetización digital?
SNB: Pues pueden coexistir mal. Coexistirán de forma excluyente porque no se entenderán y, pienso, debido a los problemas cotidianos que los 'alfas' tendrán, ignorarán a las anteriores generaciones creándose una brecha generacional. Socialmente no parece un mundo bonito, máxime teniendo en cuenta que las generaciones anteriores, por edad, cada vez serán más dependientes.
¿Cómo interactuará con la economía y con las empresas esta generación 'alfa'? ¿Cuáles serán sus patrones de búsqueda, compra y venta de productos?
Pienso que la máxima de las próximas (muchas) décadas será ‘Lo necesario es lo importante’. Si la 'Generación T', o 'alfa', no tiene referencias de pasado y además está inmersa en la tecnología aceptará con infinita facilidad lo que se les sugiera y aconseje. En ese aspecto pienso que será una generación muy poco reivindicativa.