Las empresas ya conocéis, y cada vez aprovecháis más, las ventajas de la Inteligencia Artificial, entre las que figura su gran potencial para contribuir a la gestión de los impactos ambientales y del cambio climático.
De hecho, es tan importante el uso de la IA para la sostenibilidad que el Pacto Verde Europeo (o Green Deal), lanzado en 2019, reconoció su poder transformador para impulsar el logro de la transición verde. En R, a través de nuestra Política Social Corporativa, apoyamos igualmente este pacto cuya estrategia de crecimiento se basa en tres pilares: digitalización, descarbonización y resiliencia.
¿Cómo está impulsando la IA la sostenibilidad en las empresas?
La experiencia práctica nos dice que ya existen multitud de casos de uso en los que la IA promueve, no solo la sostenibilidad, sino también las cuentas de resultados de las empresas. Según un estudio de PwC UK, el impacto económico de la IA para el medio ambiente mejoraba los resultados de las empresas en un 4,4%.
Un área donde la Inteligencia Artificial está desempeñando un papel clave es en el uso de la energía. Porque las aplicaciones de IA pueden equilibrar las necesidades de suministro y demanda de electricidad en tiempo real, a la vez que optimizan el uso y el almacenamiento de energía para reducir las tarifas.
Según un estudio reciente de la Universidad de Taipei, estos modelos pueden ayudar a vuestras empresas a mejorar la eficiencia energética entre un 10%-40%. Eficiencia que se traduce en una reducción significativa de las emisiones de carbono y de costes para la organización.
Otro factor clave para la reducción de emisiones es la generación inteligente de rutas, que pueden optimizarse para incorporar criterios de sostenibilidad. Estos sistemas se han convertido en una necesidad para las empresas de logística al aportar importantes beneficios financieros y ambientales.
La IA reduce la producción defectuosa
Las devoluciones de producto representan un quebradero de cabeza para muchas empresas. Según Forbes, alrededor de 17.000 millones de artículos comprados se devuelven en todo el mundo, principalmente por defectos del producto o insatisfacción del/ de la cliente/a. Y esto equivale a unas 4,7 millones de toneladas métricas de CO2 emitidas anualmente.
Los sistemas de visión artificial ayudan a resolver este problema porque reducen la producción defectuosa.
Por ejemplo, los sistemas de control de calidad habilitados con visión por computadora instalados en la cinta transportadora o en la línea de producción pueden inspeccionar la calidad del producto de manera más precisa y eficiente que la inspección manual.
Viendo estos datos, resulta indudable la aportación de la IA a la sostenibilidad de las empresas, independientemente de su tamaño o sector de actividad. Una ventaja más que se suma a las muchas que ya conocéis sobre este tipo de soluciones y que desde R os ayudamos a aplicar en vuestras organizaciones a través de nuestro equipo especializado, BAI Analytics.
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