Si eres profesional liberal, autónomo o como prefieren llamarlo ahora: freelance, seguro que ya conoces las ventajas de trabajar sin jefes. Sabemos que también hay contras, pero hoy vamos a centrarnos en animar a los emprendedores con algunas de las mieles del autoempleo. Ser tu propio jefe tiene múltiples ventajas y nos hemos permitido resumirlas en cinco. Conviértelas en mandamientos, imprímelas y cuélgalas en tu corcho para repasarlas cuando te aceche la soledad del emprendedor. ¡Aquí van!

Horarios flexibles

Es la ventaja número uno de ser tu propio jefe. Podrás llevar a los niños al colegio, apurar la jornada con solo 20 minutos para comer, ir al médico sin mirar el reloj o tomarte un día sabático y trabajar el doble el día anterior. Tú eres el dueño de tu horario, pero cuidado con lo que deseas. El horario flexible puede ser un arma de doble filo. No trabajarás menos que por cuenta ajena, ya te avisamos, pero si te organizas bien seguro que tu tiempo es más productivo y te permitirá organizarte para conciliar mejor vida laboral y personal. Eso sí, no podemos garantizarte que no responderás correos desde casa a la hora de la cena, o que el fin de semana no le echarás un ojo a algún balance. Es el tributo a pagar si quieres darte algún capricho personal en medio del horario laboral preestablecido.

Trabajar desde casa

La flexibilidad horaria va acompañada de la elección del lugar de trabajo. ¿Tu hijo se ha puesto enfermo y no tienes babysitter? Ya no tendrás que pedir permiso para trabajar ese día desde casa. La decisión es tuya. Si no tienes ninguna cita con ningún cliente, por qué no aprovechar las posibilidades que te brinda la tecnología, atender el fijo en el móvil, acceder a toda tu documentación con soluciones en la nube o sustituir una reunión presencial con una cita por videoconferencia. Tú decides si te apetece trabajar en zapatillas.

Autonomía profesional

Si eres de los que despotrica continuamente contra las decisiones de tus superiores o sobre la nueva línea de negocio que ha decidido abrirla empresa, este es el momento de imponer tus propios criterios. Ya puedes poner en marcha las ideas geniales que tanto has pregonado. Ser tu propio jefe te permite más autonomía profesional. Eso sí, tendrás que estar dispuesto a asumir las consecuencias de tus propias decisiones. Es más gratificante, pero también más exigente. ¡Tú decides!

Ser más productivo

Te invitamos a hacer un rápido cálculo. Piensa en el tiempo que inviertes cada día en criticar al jefe, contradecirlo, reunirte con él o en rendir cuentas de tu trabajo. Puede que, si no vives obsesionado con tus superiores, te haya salido una media de una hora. Si eres tu propio jefe, todo ese trabajo está en tu cabeza: la autocrítica, las reuniones contigo mismo, los informes de rendimiento. Para los que odian estar sometidos a las imposiciones de una jerarquía, el autoempleo es su vía de escape.

Dar rienda suelta a la pasión

Y no pienses mal. Ser tu propio jefe te permite alimentar tus pasiones profesionales. Puedes dedicarte a aquello que más te guste siempre que le encuentres rentabilidad, trabajar con gente que te resulte interesante, perseguir tus sueños e intentar vivir de tu pasión. ¡Ya no podrás culpar a ningún jefe de tu amargura! Tú mandas. En tus manos está hacer realidad tus sueños y divertirte en tu trabajo.

Las ventajas de las estructuras de trabajo horizontales, sin jefes, están convenciendo a las propiasempresas, ya no son propiedad exclusiva de los autónomos. En el sector de las nuevas tecnologías son cada vez más las compañías que han decidido eliminar la figura del jefe apostando por que cada trabajador sea responsable de sus tareas. ¿Te suena el caso de la empresa mexicana Mejortrato.com?Han desaparecido los jefes y han impuesto un horario de trabajo de cuatro días a la semana. Si ellos han podido, ¿a qué esperas si solo depende de ti mismo?