Con la masiva irrupción de la Inteligencia Artificial en todos los ámbitos sociales y empresariales, su ética se ha convertido en una de las cuestiones más debatidas.
La Ética de la Inteligencia Artificial es el conjunto de principios y normas diseñadas para garantizar que el desarrollo y uso de la IA sean responsables, justos y beneficiosos. Se trata de minimizar riesgos y maximizar beneficios, asegurando que la tecnología respeta los derechos humanos, la equidad y la transparencia.
Esta necesaria combinación de innovación y ética no es algo nuevo.
Los primeros debates sobre ética en la tecnología se remontan a mediados del siglo XX de la mano, entre otros, de pioneros como Alan Turing e Isaac Asimov.
En los años 80 y 90 ya se estudia la idea de programar sistemas que tengan en cuenta valores morales.
Con la llegada del siglo XXI y el auge de la IA, las preocupaciones éticas son abordadas tanto por organizaciones públicas como por las empresas. De hecho, algunas de ellas, como Google, Microsoft y OpenAI, son pioneras en la elaboración de principios para una IA ética. Pero es la UNESCO la que lanza la primera normativa que habla directamente de ética de la IA.
La UNESCO, pionera en publicar recomendaciones para una IA ética
Las primeras recomendaciones mundiales sobre la ética de la IA, "Recomendación sobre la ética de la Inteligencia Artificial", las publicó la UNESCO en 2021 y son aplicables (aunque no obligatorias) para los 194 Estados miembros de la organización.
Se trata de un marco global para el desarrollo y uso responsable de la IA y su objetivo es garantizar que la IA beneficie a la humanidad respetando los derechos humanos, la diversidad, la inclusión y el desarrollo sostenible.
Entre sus principios clave figuran el respeto a los Derechos Humanos, la dignidad y la no discriminación y la necesidad de contribuir al bienestar social y a la protección ambiental. En términos de inclusión y justicia social, la IA debe ser accesible y no aumentar brechas digitales.
Alude también a la necesidad de implantar sistemas de IA comprensibles y auditables y de establecer mecanismos de supervisión para evitar daños.
Para poder llevar estos ideales a la práctica, establece cuatro áreas fundamentales de acción:
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Gobernanza de datos: Protección de la privacidad y seguridad de la información.
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Educación y formación: Promover la alfabetización en IA.
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Supervisión ética: Creación de comités y regulaciones para el uso ético de la IA.
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Medio ambiente: Reducir el impacto ambiental del desarrollo de IA.
La Unión Europea y la ética de la Inteligencia Artificial
Por su parte, la UE aprobó en 2023 la primera regulación integral sobre IA en el mundo y ha sido una de las principales regiones en promover una IA ética y regulada. Su enfoque se basa en garantizar que la Inteligencia Artificial sea transparente, segura y respetuosa con los derechos fundamentales.
Para la UE, las tres características claves serían:
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IA lícita, capaz de cumplir con las leyes y regulaciones vigentes.
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IA ética, que respeta los derechos humanos y los valores europeos.
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IA robusta, cuyo funcionamiento es seguro y confiable.
La ley europea se basa en la definición y la clasificación de las aplicaciones que utilicen la IA en función del nivel de riesgo para los/as usuarios/as; es decir, a mayor riesgo, mayor regulación. En este otro post de nuestro blog te contamos todos los detalles de la regulación europea de la IA.
Principios fundamentales de la Ética de la Inteligencia Artificial
Como vemos, el concepto de ética en la IA ha evolucionado a lo largo del tiempo, pasando de reflexiones teóricas a regulaciones concretas.
¿Y cuáles son las principales cuestiones que hay que tener en cuenta para conseguir una IA ética?
- Sesgo y Discriminación. Los algoritmos de IA pueden heredar o amplificar sesgos presentes en los datos con los que fueron entrenados, así que es necesario detectarlos y minimizarlos para no llevar a discriminación.
- Transparencia y explicabilidad. Muchas decisiones de la IA son difíciles de explicar debido a la complejidad de los modelos, así que resulta fundamental la transparencia y la explicabilidad. De ahí la importancia de conceptos como la Inteligencia Artificial Explicable (XAI), estrechamente relacionada con el derecho a la explicación y orientada a ofrecer más información sobre cómo funciona un sistema y cuáles son las razones que provocan sus conclusiones, acciones, recomendaciones o predicciones.
- Privacidad y protección de datos. La IA maneja grandes volúmenes de datos, personales y empresariales, lo que plantea necesidades sobre la privacidad y el uso indebido de la información. Cumplir con las regulaciones y aplicar mecanismos de encriptación y anonimización son esenciales.
- Responsabilidad y rendición de cuentas. ¿Quién es responsable si una IA comete un error? Resulta fundamental establecer mecanismos de control y marcos legales que definan la responsabilidad en casos de fallo o daño causado por la IA.
- Autonomía y toma de decisiones. Los sistemas de IA ya pueden tomar decisiones sin intervención humana, lo que plantea dilemas éticos, especialmente delicados en áreas como la medicina o la defensa.
- Ciberseguridad. Se necesitan herramientas y mecanismos que ofrezcan una garantía completa y avanzada de seguridad en aplicaciones que utilizan la IA.
- Manipulación e información falsa (Deepfakes). La IA puede generar deepfakes, noticias falsas y campañas de desinformación, así que es clave desarrollar herramientas para detectar y mitigar estos problemas.
- IA y sostenibilidad. El entrenamiento y funcionamiento de modelos de IA consume grandes cantidades de energía, contribuyendo a incrementar la huella de carbono. Cada vez se demandarán más IAs que, además, sean sostenibles.
Ética de la IA en la empresa
En cuanto a las empresas, también resulta clave un enfoque y uso de la IA que tenga en cuenta la ética.
La implementación de la llamada ética de la IA en empresas pasa por el establecimiento de códigos de ética, auditorías y políticas internas y la consolidación de una cultura donde la ética sea parte del desarrollo tecnológico, incluyendo la formación a empleados/as sobre el uso responsable de la IA.
La aplicación de una IA Ética en la empresa reporta una serie de beneficios:
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Mayor confianza de clientes/as y usuarios/as
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Sistemas más robustos y libres de sesgos
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Cumplimiento de regulaciones y reducción de riesgos legales
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Mejor reputación corporativa y ventaja competitiva
La Ética es, pues, una parte esencial de la Inteligencia Artificial y debe contar con espacio destacado en toda regulación y aplicación pública o privada.
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