Que para vivir bien no hace falta mucho es una frase que hemos oído cientos de veces. Y más en Galicia.

Durante los últimos años hemos vivido toda una revolución alrededor de esto. La más conocida ha sido la liderada por Marie Kondo. Esta japonesa se ha convertido en un fenómeno mundial, ayudando a millones de personas a poner orden en su vida, deshaciéndose de todas aquellas cosas superfluas que tenían en su armario para quedarse sólo con lo esencial.

¿Qué es el minimalismo?

El minimalismo es un modo de vida cuyo principio más importante es: reducir las cosas en su mínima expresión, dejando a un lado lo superfluo y manteniendo sólo con básico.

Aplicarlo significa quedarse con lo esencial y disfrutar de mayor libertad.

En los últimos años, la filosofía minimalista ha calado entre los emprendedores que han decidido que esta manera de entender el día a día se puede aplicar a sus negocios.

En las empresas el principio más importante del minimalismo es el mismo que el que se aplica a la vida diaria: si algo es útil, lo conservas. En caso contrario, es mejor eliminarlo. Aplicarlo no significa dejar de correr riesgos o ser pequeño. Significa buscar el equilibrio entre ingresos y clientes, tomar decisiones meditadas y crecer sólo en áreas donde un aumento proporcioné valor añadido.

10 claves minimalistas para tu negocio

  1. Simplifica tu negocio. Reduce cualquier proceso que resulte confuso. Esto va desde la manera de gestionar pedidos hasta la forma en la que te comunicas con tus clientes. Implantar procesos complicados y ofrecer un exceso de información se han convertido en prácticas de la “vieja escuela”. Se ha impuesto lo simple y sencillo.
  2. Encuentra tu comunidad. Céntrate en un nicho de mercado. Cuánto mejor entiendas a tus clientes más fácil será satisfacer sus necesidades y medir su ROI (retorno de la inversión)
  3. Céntrate en lo esencial. Agrupa todos los productos y servicios que ofreces a tus clientes. Internet ha democratizado el mundo de la comunicación. Hoy en día es posible llegar a un gran número de personas con un coste mínimo. Hay mucha competencia por la visibilidad, pero si haces algo que aporte valor, llegarás a quién tú quieras.
  4. Define meticulosamente el propósito de cada paso que des. No dejes nada al azar y evita en la medida de lo posible el ensayo-error.
  5. No tengas miedo al cambio. Si algo no funciona, déjalo.
  6. Racionaliza tus recursos. Decide qué puedes externalizar en tu empresa para mejorar tu propio proceso productivo y la relación que tienes con tus clientes.
  7. Digitaliza tu empresa para monitorizar todos los procesos posibles. Busca datos que demuestren el progreso de una meta importante. Esos datos te ayudarán a saber si estás siguiendo tu objetivo.
  8. Confía en ti mismo. Evita comparaciones. Es tu proyecto, tiene tu ritmo y tus propias reglas.
  9. Aprovecha el minimalismo para “poner orden” en tu espacio de trabajo físico y digital. Un espacio ordenador evita distracciones y te ayuda a centrarte en tu objetivo.
  10. Escoge calidad en vez de cantidad.

El minimalismo triunfa cada vez más entre los emprendedores. Muchos han comprendido que las estructuras pequeñas tienen mayores ventajas como la flexibilidad. Son capaces de adaptarse con rapidez a las nuevas tendencias del sector y poseen una operativa sencilla, fácil de modificar frente a imprevistos o cambios repentinos.

Y tú, ¿te apuntas? ?