El año acaba de empezar y con él, llegan las listas de buenos propósitos: este año no pasa sin rediseñar la web, necesito una nueva estrategia de engagement, tengo que mejorar mi red de contactos…
Si no quieres que la inseguridad y la angustia te obliguen a abandonar tus propósitos es importante que definas un plan y te marques metas para llevarlos a cabo.
Aquí te dejamos tres pasos clave para que llegues a conseguir lo que te propones.
Define tus propósitos
Ya lo dice el refrán, el que mucho abarca, poco aprieta. No planees hacer en un año, lo que no has hecho durante toda tu vida. Seguro que ahora estás pensando, vale, eso está muy bien pero ¿cómo decido mis metas?
Primero, haz un brainstorming (lluvia de ideas). Anota en un papel todo lo que te gustaría conseguir durante el año nuevo. Sé concreto. No vale, que anotes que en 2017 deseas vender más. No, tu propósito debe ser claro. Por ejemplo: incrementar un 10% las ventas en tu web respecto al año anterior.
Una vez tengas tu lista, prioriza tus metas. Escoge como máximo tres propósitos. No sobrepases ese número o te costará mucho alcanzar tu objetivo. Tómate tu tiempo, pero no te atasques. Tienes que tomar una decisión.
Planifica tus propósitos
Ahora que tienes claros tus propósitos, toca pensar qué harás o que necesitas para conseguirlos. En este proceso debes enfrentarte a las primeras barreras para conseguir esos objetivos. Cuidado. No caigas en la excusa para abandonar tus propósitos, busca siempre la solución al problema.
Si tu problema es que no tienes presupuesto suficiente para incrementar un 10% las ventas en tu web, piensa en cómo conseguir la inversión que necesitas, cuánto tardarás en conseguirlo, si existen alternativas más económicas y cómo pueden aplicarse a tu negocio.
Marca hitos para conseguir tus propósitos
Durante la consecución de tus propósitos te encontrarás con situaciones que te harán tirar la toalla. Por eso, es importante que marques hitos durante el camino. Así, mantendrás vivo el interés durante todo el proceso y continuarás motivado.
Haz lo mismo cuando las tareas a las que te enfrentas se vuelvan complejas. Así, si marcas objetivos individuales podrás organizarte mejor y el miedo no llegará a paralizarte.
Trabaja duro y convierte tus propósitos en acciones. Analiza tus hábitos, revisa cómo inviertes tu tiempo y asegúrate de que estás avanzando hacia donde quieres ir. Tú eres el único responsable de llegar a dónde quieres llegar, así que céntrate y aprende de los de las zapatillas: JUST DO IT!