Burela cuenta con uno de los puertos más importantes del Cantábrico. Cada día mueve alrededor de 100 toneladas de pescado blanco, cantidad que se puede duplicar durante los momentos en los que se puede pescar caballa o boquerón. Aunque a priori la actividad pesquera puede parecer sencilla, requiere todo un trabajo y flujo de información constante, como sabe muy bien Tito Sixto, presidente de Adexmar y gerente de la empresa Descaexport. De ahí la necesidad de tener un servicio de telecomunicaciones no solo ágil, sino sobre todo fiable.

“Nosotros impulsamos la llegada de la fibra al puerto de Burela. Partió de los mayoristas, desde la lonja nos apoyaron y desde el principio pensamos en R, porque era la empresa que queríamos tener aquí”, explica Sixto.

Muchas empresas e información

Adexmar, que preside Sixto, es una asociación de mayoristas y exportadores de pescado que tiene asociados desde Asturias hasta Cedeira, y que operan en el puerto de Burela. Se trata de unas 25 empresas, a las que habría que sumar otras tantas que trabajan en el lugar. Su jornada comienza normalmente a las 5 ó 6 de la mañana, realizando la compra de forma tradicional, con una subasta a la baja, tras contactar con los clientes. Después se empaca o se transforma el producto en cada almacén y se envía por transporte.

“Un día normal, donde hay unas 4.000 cajas, desde las lonjas nos mandan los datos de la compra con su trazabilidad. Toda esa información se nos envía a las empresas que operamos y, con la red que teníamos, el flujo de datos estaba colapsado”, explica Tito Sixto. Gracias a la llegada de la red de fibra de R al puerto, “una vez finalizada la venta a las 8, ya tenemos los datos a las 8.15. Antes estábamos media mañana esperando”, concluye.

Evolución

Sixto, como gerente de Descaexport con más de tres décadas años de experiencia, conoce perfectamente cómo han variado las comunicaciones en el sector. “Hace 35 años teníamos unas cabinas telefónicas en la lonja, donde hacíamos cola para comunicarnos con los clientes”, recuerda. De ahí pasaron en el año 1988 a trabajar con enormes teléfonos inalámbricos, que provocaban interferencias. Se empezó a generar una relación de confianza con los clientes, que se afianzaría a partir de 1991 con la llegada de los móviles. “Ahora, con la evolución de la tecnología, es difícil que un cliente te llame 15 ó 20 veces como hace una década, con llamadas muy cortas”, indica el también presidente de Adexmar. De hecho, suelen hablar con los clientes a primera hora y continúan comunicándose mediante whatsapps.

Pero algo que marca sobre todo su trabajo es la legislación en materia de pescado fresco y el transporte. Hace años el etiquetado indicaba el nombre de cada pez, su fecha de captura, cuándo se había empacado y su caducidad. Hoy en día hay que enviar muchos más datos, para garantizar la trazabilidad, desde que el producto se pesca hasta que llega al consumidor.

Fiabilidad

Por esa razón los mayoristas de Burela necesitan contar con una conexión de internet fiable. “Todos esos datos ocupan espacio y tiempo y tienen que ser precisos, no te puedes equivocar. Las lonjas nos envían esos datos y teníamos un problema con el ADSL que había de 10 megas (que en ocasiones era de 2 megas), en una zona ganada al mar donde el par de cobre se veía afectado con bastante asiduidad, con problemas en las centralitas y sin suficientes pares para todas las empresas”, señala Tito Sixto.

De hecho, en ocasiones estaban toda la mañana sin internet fijo y debían usar la conexión de datos del móvil para poder trabajar. Con la fibra de R “no hay problemas de averías, que es a lo que más miedo le teníamos”, de forma que están “contentos” y “satisfechos”, en palabras del presidente de la Asociación de Exportadores Mayoristas de pescados y mariscos A Mariña.

Agilidad

Otra cosa en la que Tito Sixto asegura que han mejora ha sido en la gestión de los programas informáticos. En el caso de su empresa, Descaexport, tienen varias básculas interconectadas, trabajando y empacando pescado. “Esos datos se reportan al programa central para poder sacar los albaranes de transporte. Sin eso no puedes sacar la mercancía”, salienta. Por eso, si tienes un problema con un programa y es necesario que un técnico se conecte de forma remota o descargue un parche o una actualización, ahora lo hace en minutos cuando “antes te llevaba una hora”.

Incluso varios asociados que tienen las oficinas fuera del puerto han podido crear una red wifi, que está en fase de implantación, pero que “funciona muy bien” a la hora de trabajar e interconectarse con sus centros de trabajo.

Todo para que desde Burela se pueda servir con agilidad y calidad, como siempre, a cualquier punto de la Península e incluso a Baleares y Canarias. Una vez realizado el trabajo y reunida toda la información sobre el producto y generados los albaranes para el transportista, realizan el primer envío a las 11 de la mañana a Sevilla y Barcelona (los puntos más alejados), y después se realizan el resto de rutas, como Madrid, Bilbao, Burgos o León. Todo un engranaje que ahora se ha visto beneficiado gracias a la llegada de la fibra de R al puerto.