Un WAF (Web Application Firewall) es un tipo de firewall (“cortafuegos”) necesario para proteger las aplicaciones web de ciberataques de seguridad informática. Filtra, monitorea y bloquea tráfico HTTP(s) malicioso.
¿Cómo funciona un WAF?
Un WAF registra y monitorea el tráfico. Escanea tanto el contenido de las solicitudes como el de las respuestas para detectar código malicioso.
Es capaz de identificar solicitudes sospechosas y proporcionar logs, reportes, alertas y estadísticas en tiempo real sobre intentos de ataques.
Los WAF actuales usan tecnologías de análisis y aprendizaje automático para adaptarse al tráfico normal y detectar anomalías.
El WAF se coloca entre el/la cliente/a (usuario/a) y el servidor web. Al desplegar un WAF en una aplicación web, funciona como un tipo de proxy inverso que deben atravesar quienes accedan a la página antes de llegar al servidor.
Cómo implementar un WAF en vuestra empresa
Un WAF dispone de parámetros personalizables que permiten definir reglas específicas para bloquear o permitir cierto tráfico. Además, se pueden ajustar según la lógica del negocio.
Ante una amenaza detectada puede comportarse de dos maneras diferentes:
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Modo detección, solo monitoreando y registrando amenazas.
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Modo bloqueo, bloqueando automáticamente las amenazas detectadas.
La implementación de un WAF es flexible y puede estar basada en hardware, software o en la nube.
Se puede integrar con otras herramientas de seguridad, como SIEM o sistemas antivirus y funcionar como una capa adicional de seguridad.
Tipos de WAF
Existen varios tipos de WAF:
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WAF basado en red (Network-based): Es más rápido pero requiere hardware específico. Se suele implementar en grandes empresas.
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WAF basado en host (Host-based): Se ejecuta en el mismo servidor que la aplicación y es flexible, aunque consume recursos.
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WAF basado en la nube (Cloud-based): Se trata del WAF más fácil de implementar. Del mantenimiento se suele ocupar el proveedor.
¿Para qué sirve un WAF?
Su utilidad y su eficacia son evidentes para la empresa:
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Protege contra ataques comunes
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Detecta patrones típicos de ataques conocidos
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Protege datos sensibles
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Ayuda al cumplimiento de normativas de seguridad
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Evita caídas de servicio por ataques
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Reduce riesgos sin necesidad de modificar el código de la aplicación