No hay gallego o gallega que nunca haya asistido a todo el ritual de la queimada en su vida. Tanto es así que el solo hecho de realizar el conjuro de la queimada en una fiesta o reunión familiar o de amigos está a la orden del día.

Pero, ¿sabrías recitar el conjuro de la queimada? Hoy te traemos todo lo que necesitas para hacer una queimada y realizar el ritual y el conjuro completo.

Aunque muchos hemos participado en el ritual, seguro que no todos sabrían hacerla con los ingredientes de la queimada adecuados. No son muchos, pero tienen que estar todos para que mantenga todo su sabor y esencia.

Ingredientes de la queimada

El ingrediente central de la queimada es el aguardiente gallego, una bebida alcohólica que se hace a base de orujo. Te enseñamos cuáles son los ingredientes que necesitas para poder hacer el ritual de la queimada para una media de seis personas.

  • Un litro de aguardiente
  • 150 gramos de azúcar blanco refinado
  • La corteza de un limón
  • Un puñado de granos de café
  • Un recipiente hondo de barro, un cucharón y unas tazas de barro

Cómo realizar el ritual de la queimada

Cómo realizar el ritual de la queimada
Imagen: Wikimedia Commons

Cuando tengas todos los ingredientes preparados y sea el momento de realizar la queimada empezará el ritual.

Empezamos por verter el aguardiente de orujo y el azúcar en un recipiente hondo de barro cocido. Remueve el contenido intentando no tocar el azúcar del fondo.

Seguidamente, pon un poco del aguardiente con azúcar en el cucharón y plántale fuego. Ten cuidado con la llama que se encenderá, no la tengas muy cerca de la cara.

Muy despacio, acerca el cucharón al recipiente hasta que el fuego pase de uno a otro. Con el fuego encendido, ve cogiendo del fondo con el cucharón el aguardiente con bastante azúcar, escurriendo un poco el aguardiente y calentando el cucharón sobre las llamas para que de esta forma el azúcar que quede en él se vaya quemando.

Con las repeticiones, el azúcar se irá caramelizando dando un color tostado a la queimada.

Sigue con este proceso dejando arder la queimada hasta que las llamas tengan un color azulado. En ese momento podrás decidir si dejas que se terminen de consumir por sí mismas o si las apagas, según quieras que el alcohol esté más o menos presente.

No debemos dejar arder la queimada más de 15 minutos. Si dejas consumir por completo el aguardiente lo que obtendrás será un simple agua azucarada.

Para que todo el acto tenga más presencia, desde los años 60, el ritual se suele realizar a oscuras y recitando al tiempo el conjuro de la queimada, que debe leerse en voz alta tan pronto la queimada comienza a arder.

Conjuro tradicional de la queimada gallega

Conjuro de la queimada gallega
Imagen: Wikimedia Commons

Mouchos, coruxas, sapos e bruxas;

demos, trasnos e diaños;

espíritos das neboadas veigas,

corvos, píntegas e meigas;

rabo ergueito de gato negro

e todos os feitizos das menciñeiras…

Podres cañotas furadas,

fogar de vermes e alimañas,

lume da Santa Compaña,

mal de ollo, negros meigallos;

cheiro dos mortos, tronos e raios;

fuciño de sátiro e pé de coello;

ladrar de raposo, rabiño de martuxa,

oubeo de can, pregoeiro da morte…

Pecadora língua de mala muller

casada cun home vello;

Averno de Satán e Belcebú,

lume de cadáveres ardentes,

lumes fatuos da noite de San Silvestre,

corpos mutilados dos indecentes,

e peidos dos infernais cus…

Bruar da mar embravecida,

agoiro de naufraxios,

barriga machorra de muller ceibe,

miañar de gatos que andan á xaneira,

guedella porca de cabra mal parida

e cornos retortos de castrón…

Con este cazo

levantarei as chamas deste lume

que se asemella ao do inferno

e as meigas ficarán purificadas

de tódalas súas maldades.

Algunhas fuxirán

a cabalo das súas escobas

para iren se asulagar

no mar de Fisterra.

Ouvide! Escoitade estos ruxidos…!

Son as bruxas que están a purificarse

nestas chamas espiritosas…

E cando este gorentoso brebaxe

baixe polas nosas gorxas,

tamen todos nós quedaremos libres

dos males da nosa alma

e de todo embruxamento.

Forzas do ar, terra, mar e lume!

a vós fago esta chamada:

se é verdade que tendes máis poder

ca humana xente,

limpade de maldades a nosa terra

e facede que aquí e agora

os espiritos dos amigos ausentes

compartan con nós esta queimada.

Historia de la queimada​​​​​​​

Conxuro queimada
Imagen: Alain Crespo, Wikimedia Commons

El origen de la queimada, según algunos estudiosos como Alonso del Real, se establece en los siglos XI o XII, en coincidencia con la construcción de la catedral románica de Santiago. La tradición de la queimada se inspira, según él, en elementos célticos, románicos, germánicos y árabes.

Aunque muchos comparten esa visión, lo que realmente está documentado es que no es hasta la década de los 50 del siglo XX que todo el conjuro y ritual se convierte en un acto lúdico y compartido.

Se cree que puede deber su éxito a los emigrantes, que estrechaban lazos después de las comidas con el espectáculo del fuego quemando el aguardiente.

El pote de barro de la queimada

Otro de los momentos más importantes de la historia del ritual fue en el año 1955 cuando Tito Freire, un alfarero del barrio de los Muíños de Mondoñedo, diseño el pote para la queimada.

Esta pieza de barro con patas para quemar el aguardiente, que en su versión clásica se acompaña de un gran cucharón y un número determinado de tazas, todas de barro, se convirtió en indispensable para la realización del conjuro y el ritual de la queimada.

Hoy en día alfarerías tradicionales como las de Buño tienen sus propias versiones de este pote.

En lo que respecta al conjuro, el que todos recitan en la actualidad, se trata de una composición del artista Mariano Marcos Abalo, miembro del grupo poético “Brétema”. Su primera versión se remonta al año 1967 y se presentó en Vigo en una reunión de poesía al estilo de los “Juegos Florales”.

Ahora ya conoces todo lo que tenías que saber para realizar el conjuro y ritual de la queimada. No dudes en practicarlo en cualquier reunión de amigos y familiares, ya que, con él, serás el rey de la fiesta.

Fuente imagen de cabecera: Luis Miguel Bugallo Sánchez, Wikimedia Commons.